¿Deseará la luna frenar mis ambiciones?

viernes, 28 de junio de 2013

PRIMER DÍA

Como quedó prometido, aquí está la primer página del libro... Disfrutadla.

Justo en lo más interesante de la conversación con Alfonso, con quien paseaba, tuve una sensación de incontinencia, un fluir imparable que la gravedad aceleraba. Me había venido la regla. Alfonso me miró extrañado y me preguntó si me encontraba bien. Yo me disculpé y añadí que estaba algo cansada. Paseábamos entre frondosos maizales que abrigaban el camino por ambas orillas. De pronto un barbecho y una pinada en desnivel al fondo. Detrás de las traslúcidas copas de los pinos, destellos anaranjados en la ría dibujaban una estela que acababa en el horizonte violáceo. Coronaba la estela un sol rojizo con veladuras grisáceas de restos de nubes. Imperioso, aunque huidizo, parecía derretir su base ardiente y retirarse, prometiendo un pronto resurgir.
Fede y yo normalmente paseábamos parte del verano con mis padres en su casa de veraneo. Alfonso había pasado esa tarde por allí y al enterarse de que Fede no estaba conmigo, sugirió que diéramos un paseo.

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